Broncoscopías​

BRONCOSCOPÍA

La Broncoscopía es un procedimiento que permite evaluar el interior de las vías respiratorias a través de una sonda flexible (broncoscopio) de pequeño calibre que se introduce a través de la nariz o boca para visualizar la tráquea y el interior de las vías aéreas.  Dicha sonda tiene una cámara que proyecta imágenes a una pantalla.    La broncoscopía permite obtener muestras a través de un canal contenido en el interior del broncoscopio,  para el diagnóstico de infecciones o de otras enfermedades que afectan a la vía aérea y que necesitan ser analizados.   También puede servir para extracción de cuerpos extraños y colocación de prótesis.

Circunstancias en las que se necesita una broncoscopía:

  • Infecciones: Cuando se sospecha una infección y es necesario obtener muestras para ser analizadas.
  • Obstrucción de las vías respiratorias: Pueden ser varias las razones para que exista una obstrucción a nivel bronquial, entre ellas tapones de moco, tumores o un objeto que se haya aspirado.
  • Sangrado: La broncoscopia es de gran utilidad cuando existe sangrado al toser, esta muestra es tomada y analizada para identificar la causa de la misma.

Este procedimiento necesita sedación para evitar molestias durante su realización, al terminar el procedimiento el paciente debe quedarse en observación hasta que el médico considere adecuado retirarse a su domicilio.    Luego de finalizado el procedimiento no se debe ingerir alimentos ni bebidas hasta haber transcurrido dos horas, debido a los efectos de la sedación.

Pueden existir algunas molestias posteriores al procedimiento, como dolor de garganta, ronquera, tos o dolor muscular, sangrado leve.

Se debe tomar en cuenta asistir al procedimiento acompañado de otra persona, en ayunas de al menos 8 horas previas a la realización de la broncoscopía y hacer una revisión de los medicamos que puede tomar ese día.